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Jefatura y liderazgo de un directivo escolar

  • Foto del escritor: Mauricio Bertero
    Mauricio Bertero
  • 16 mar
  • 5 Min. de lectura

Las experiencias y conceptos tratados en este libro reflejan la integración de dos mundos: estudio y práctica, incorporando diálogos entre el autor con otros autores, además de historias y anécdotas en su rol como directivo escolar y coach ejecutivo.

Es un libro que articula los conceptos de jefatura y liderazgo más allá de trincheras idealizadas. No como sinónimos, ni tampoco frente a la dicotomía de “lo bueno versus lo malo”. La invitación que realiza es que los jefes transiten al liderazgo y, en otros muchos casos, los líderes asuman que son jefes, avanzando así hacia la efectividad.

Jefatura y liderazgo de un directivo escolar” ha sido pensado en el contexto escolar, sin embargo, señala enfoques transversales que pueden ser útiles en otras áreas y contextos. Junto con "Me nombraron directivo escolar ¿Qué debo aprender?" forma parte de una serie del autor sobre este importante tema.


Portada
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Prólogo


"Un jefe o supervisor es una persona que ha sido nombrada en una organización para desenvolverse en una posición donde coordina el trabajo de otras personas. Como tal, un jefe tiene atribuciones propias del cargo para planificar, dar instrucciones, retroalimentar, moderar reuniones, cumplir acuerdos, “llamar la atención”, etc.


Por otro lado, un líder es una persona que es empoderada por un grupo para conducirlo, es algo que ocurre de manera emergente en cualquier grupo humano a partir de atributos del líder, de los seguidores, del contexto, de la cultura organizacional, etc.


¿Cómo hacemos que conversen estos dos mundos? creo que es lo que Jaime intenta permanentemente al hablar de jefes-líderes. Alguien que ha sido nombrado jefe tiene que cultivar ciertas competencias o habilidades para que las personas que tiene a cargo lo vean como líder y no solo como jefe. Una persona que tiene cierto liderazgo y en virtud de este atributo ejerce funciones de jefatura tiene que aprender habilidades directivas, de gestión, no solo inspirar, ser carismática, gestionar sus emociones, así como otros atributos que sirve para empoderarse ante un grupo.


Creo que el mensaje de Jaime es claro: en el ámbito educativo jefe y líder no son lo mismo, pero un jefe tiene que aspirar al liderazgo y un líder tiene que cultivar habilidades directivas para participar efectivamente de la estructura y la cultura educativa.


Una segunda reflexión que me trae el texto es la tensión permanente entre resultados y relaciones. El trabajo de un directivo escolar es conseguir resultados, que niños y niñas aprendan y que aprendan mucho, que la institución se desarrolle, que sea viable financieramente, que cuente con espacios de infraestructura adecuados y, de seguro, muchos otros resultados más. Al mismo tiempo, en una institución escolar debe haber un espacio de relaciones positivo, respetuoso, educado, de buen trato, de confianza, buen clima y todos los calificativos que permitan describir como un lugar positivo para trabajar. El trabajo del directivo escolar entonces debe tener siempre estas dos variables a la vista. Creo que el trabajo de Jaime muestra esta tensión y propone herramientas para ambas variables.


Tercero, siguiendo a Ernesto Gore, “muchos de los problemas educacionales son problemas organizacionales”. Por supuesto que la vida escolar tiene mucho de currículo, de formación profesional, de especialidades técnicas. Sin embargo, las organizaciones escolares son cada vez más complejas, con temas relativos a estrategia, procesos, cultura, estructura organizacional, gestión de personas.


Todo lo anterior implica para mí, que un directivo escolar tiene que aprender mucho sobre este tema, ya que si gestiona una organización de cien integrantes, con mil estudiantes, con mil familias interesadas, con un sinnúmero de stakeholders (sostenedores del colegio, autoridades del Ministerio de Educación, familias y la comunidad) ya no sirve la visión tradicional del buen profesor de Matemática que amablemente dirige el colegio o del profesor poco competente que se pone a dirigir porque enseñar no se le da. Se requiere aprendizaje técnico y adaptativo, se requiere reflexión sobre el rol, se requieren grandes aptitudes de articulador, habilidades de negociación, de comunicación, etc.


Podría hacer una gran lista de competencias que requiere hoy un directivo escolar, pero me voy a quedar con una en la que mi amigo Jaime es reiterativo: pasión por aprender. Nunca declarar que ya aprendió lo que tenía que aprender; con eso es suficiente".


Palabras iniciales del autor


"A los 23 años egresé de la universidad y decidí tomar inmediatamente la decisión de estudiar un Postítulo en Educación Tecnológica. Continué con un Postítulo en Motricidad Infantil, pues esto coincidió con unas horas de Educación Física que decidí asumir. Quise seguir estudiando y decidí cumplir mi primer gran sueño, que era en aquel momento estudiar un Postítulo con mención en Educación Matemática. Entendí este desafío como uno de los más importantes hasta ese momento de mi vida, era una verdadera deuda pendiente.


Al pasar el tiempo -no mucho- se me cruzó por la cabeza la idea de ser Magister en Gestión Educacional; siendo jefe de la Unidad Técnica Pedagógica me pareció algo trascendental. Luego vino la satisfacción de recibir el Magister en Gestión Educacional, y fue justo 3 meses después que decidí perseguir otro gran sueño: estudiar un magister en mi casa de estudio original, que fuera más allá de lo educacional. Necesitaba ampliar la mirada más allá de lo que es un colegio, hacia una mirada organizacional en términos generales, que me ayudara en mi cargo de director.


Por esas cosas de la vida decidí contratar un coaching ejecutivo, que me ayudara a superar algunos desafíos que surgían en mi desarrollo profesional. Fue un proceso tan bonito que exclamé ¡que lindo sería ser coach ejecutivo!


¿Y qué pasó? Tras un proceso tan bonito como riguroso, obtuve mi certificación como coach ejecutivo. Todas las experiencias y aprendizajes anteriores me llevaron a mis 40 años a conocer y disfrutar del coaching y la relatoría, lo que me acercó cada vez más a un nuevo descubrimiento: ¡me apasiona colaborar en el desarrollo profesional de otros!

Así nace mi primer libro “Me nombraron directivo escolar ¿qué debo aprender?” el que adoro por su sencillez y honestidad, un libro que es un verdadero diario de vida y que escribí prácticamente sin detenerme para respirar.


Hoy a mis 44 años resuenan las palabras de Oliver Burkeman: podría decir que, con suerte, estoy en la mitad de mi vida y comienzo a preguntarme ¿qué quiero para esta nueva etapa?


Por el momento estoy cumpliendo este sueño, lanzar un nuevo libro con la colaboración de un editor, corrector etc. que profesionalice aún mas la ideas que pretendo plasmar en las hojas. Ese es el libro que tienes en tus manos y que pretende, como ha sido la lógica en mi vida profesional, avanzar, mostrando una mirada más profunda del liderazgo escolar, es decir, desde las perspectivas del contexto y de quien ejerce la jefatura, desde la base del liderazgo.


Un libro que perfectamente podría haber sido el primero y el primero pudo haber sido el segundo, no lo sé, lo que sí sé es que puedes leerlo independiente de si leíste el anterior, pues he intentado que sean complementarios.


¿Dónde comprar el libro?





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